En mis primeras semanas por estas tierras me di cuenta de
dos cosas: La primera, que el trending
topic de las conversaciones inglesas es el clima, y la segunda, que todo el
mundo cree que en España vivimos una especie de verano eterno. ¿Cómo me di cuenta? Pues porque he tenido
tantas veces la siguiente conversación que ya he perdido la cuenta.
Brummie: So, you are Spanish, ain't you? Well,
we usually have bad weather here. Don’t worry, you’ll get used to it, but here
it’s always rainy, cloudy and cold.
[Así
que eres española, ¿no? Bueno, aquí suele hacer mal tiempo. No te preocupes, te
acostumbrarás, pero aquí siempre llueve, está nublado y hace frío.]
Yo: Yes, where I live it’s the same.
[Sí,
donde yo vivo es igual.]
Brummie: Ha, ha, ha, ha…
Yo: No, this is not irony. I’m from the North
and where I live it’s always rainy and cloudy and cold.
[No,
no es ironía. Soy del norte y donde vivo siempre llueve, está nublado y hace
frío.]
(Y me cuesta no añadir: And we neither say “olé” nor dance flamenco, joder! [¡Y
no decimos “olé” ni bailamos flamenco, joder!])
A una norteña no se la asusta tan fácilmente
con amenazas de mal tiempo. Pero estoy empezando a pensar que subestimé la
meteorología de Birmingham. A ello pudo contribuir el hecho de que el día de mi
llegada estábamos a 29º y con un 93% de humedad. Pero ya me advirtieron que eso
era algo que sólo pasa una vez cada tropecientos años.
En fin, esto sólo lo entenderéis quienes veis Juego de Tronos o leéis Canción de hielo y fuego, pero yo suelo
bromear con que Galicia es Invernalia. Donde, aún en pleno verano, el invierno
parece no acabar de irse y por donde entran todos los temporales de la
Península. Vamos, que en mi tierra nos pasamos el año diciendo aquello de que
“se acerca el invierno” prácticamente desde el solsticio de verano, mientras
apagamos las brasas de la noche de San Juan. A veces incluso hay inviernos que
parecen durar 7 años.¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues ambas están
interrelacionadas y de ellas se extrae una única conclusión: Si Galicia es
Invernalia y Birmingham está al norte, Birmingham debe ser el Muro.
Me siento como si
estuviese haciendo un internship en
la Guardia de la Noche, a lo que contribuye no sólo la climatología, sino
también la condescendencia británica, una especie de mensaje no verbal que te
transmiten con la mirada cuando preguntas por algo que para ellos es obvio pero
para ti no tanto: “You know nothing, Jon
Snow”. Hasta me daban ganas de
vestir el negro y pronunciar el juramento en alguna gélida noche de agosto. Sí, “gélida” y “agosto” en la misma
frase.
“Night
gathers, and now my watch begins…”
Bromas aparte, lo
cierto es que la meteorología británica no es como muchos se imaginan. No es
niebla y lluvia y todos los días del año. De hecho, es la meteorología más
variada y cambiante que haya conocido y eso, en principio, no es malo. Lo malo
es que todas las variaciones y cambios ocurren en el mismo día. Sí, en un sólo día pueden sucederse las cuatro estaciones del año. Hoy, por
ejemplo, puede amanecer soleado, a medio día hacer un frío que pela y por la tarde caer un chaparrón del
quince para pasar a una noche bochornosa. Eso hace a la meteorología inglesa
única en su especie.
Mi consejo: Traed ropa de abrigo. Y si en las previsiones meteorológicas anuncian buen tiempo, no os confiéis (salvo que sea
muy buen tiempo) y vestiros por capas, así podréis adaptar vuestra temperatura
corporal según la ambiental aumentando o disminuyendo el número de capas.
La explicación de
por qué el tiempo británico es tan cambiante y por ello único en el mundo:
Birmingham BBC
Weather. Os advierto que es incluso menos fiable que Meteogalicia, pero no hay británico que no la consulte varias veces al día:
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