domingo, 26 de enero de 2014

Mi voluntariado en Options for Life I

Recientemente me he dado cuenta de que por unos u otros motivos, parte de mi blog no cumple con el objetivo que me impulsó a escribirlo. Y es que no sirve para calmar la ansiedad de ese nuevo, futuro voluntario que ya ha recibido la aceptación de su organización de acogida pero sigue a la (eterna) espera de la resolución del British Council.

Vivimos en la era de la información inmediata y el hecho de investigar algo sobre mi organización, sobre las opiniones y experiencias de anteriores voluntarios, era de lo más frustrante. Sólo llegué a encontrar algunos retazos de difusa información sobre lo que iba a ser mi vida diaria, algunas pinceladas impresionistas. Nada claro y, sobre todo, no suficiente. Hasta pude encontrar los nombres de otros voluntarios españoles que habían estado aquí antes que yo, pero nada más. ¡Maldita sea! ¿Por qué no se molestaron en dejar alguna pista?

Así, sin saber prácticamente nada, aterricé aquí hace ya casi 6 meses. Y ya va siendo hora de hacer una review en condiciones. ¿Qué mejor momento para ponerse a ello que una lluviosa y anodina tarde de domingo, taza de Earl Grey en mano?




Nota: Con la finalidad de respetar la intimidad de las personas aludidas, todos los nombres publicados en las siguientes entradas son seudónimos o simplemente siglas.



Mi voluntariado en Options for Life II: Organización y actividades

La organización para la que trabajo es una ONG cuya principal finalidad es el apoyo diario a adultos con dificultades de aprendizaje. Lo que se traduce, en la práctica, en una serie de centros de día en donde se realizan toda una serie de actividades destinadas tanto al entretenimiento como al desarrollo de habilidades para la vida independiente.

La organización se divide en los siguientes proyectos:

-Warley Leisure y Tipton Leisure: El primero, donde yo trabajo y trabajaré hasta marzo, tiene dos bases físicas. El segundo tiene solamente una, como todos los demás. Warley es el más grande de los proyectos, no en vano es el único que tiene más de un voluntario europeo, tres en concreto, y en torno a unos 20 trabajadores y unos 40 participantes. (Los llamamos ‘participantes’, no despectivamente ‘discapacitados’ o eufemísticamente ‘gente especial’.) Y el grupo es muy heterogéneo: síndrome de Down, autismo, retraso profundo y ligero, trastorno obsesivo-compulsivo…  Desde un punto de vista físico todos son muy capaces. Tipton es mucho más pequeño en términos de cantidad de trabajadores y participantes. Las necesidades de los participantes y las actividades realizadas en consecuencia son parecidas a las de  Warley. ¿Por qué no está todo junto entonces? Razones físicas: Distancia.

-Making Tracks: Ahí me iré en marzo. La verdad, no tengo ni idea de que contaros. Sólo he estado allí una vez y me pareció un lugar muy agradable y tranquilo en comparación con el caótico Warley. Menos staff y menos participantes. Destinado a gente con múltiples y profundas dificultades de aprendizaje. Las actividades están más destinadas al bienestar de los participantes que al desarrollo de habilidades. Cuidados personales.

-Roshni: Ahí me iré en mayo. Es un servicio dedicado exclusivamente a mujeres asiáticas (India, Pakistan…). En consecuencia, allí sólo trabajan mujeres. Es un grupo pequeño y, siendo el agente cohesivo la etnia y el sexo, no puede esperarse otra cosa que heterogeneidad en cuanto a dificultades de aprendizaje específicas.

-Otros servicios donde no trabajan los voluntarios: Stepping Stones, servicio de catering dirigido por y para los participantes, donde pueden desarrollarse como profesionales, obteniendo sus propios ingresos  e integrándose en la sociedad a través del trabajo. Oak Green Services, lo mismo, pero dedicado a la jardinería y el mantenimiento de edificios.

Las actividades que se pueden realizar como voluntario son en consecuencia muy diferentes de un centro a otro, pero en general podemos decir que se estructuran de la siguiente manera:

9.00-10.00: Escorting/ Morning jobs: Puede que te toque lo uno o lo otro. En el primer caso acompañas en el minibús que va recogiendo a los participantes cada mañana. En el segundo caso te quedas en el centro preparando las cosas para su llegada (bártulos para preparar las bebidas calientes a punto, toallas y demás accesorios para la sesión de piscina listos…)

10.00-12.00: Actividad por la mañana: Cualquier cosa, dependiendo del proyecto. En Warley o Tipton, desde ir de compras, hasta manualidades, dar un paseo, clase de música, ir a la piscina, jugar al billar, cocinar, hacer deporte, bailar… En Making Tracks entre manualidades, música, paseos, piscina y habitación sensorial, anda la cosa. En Roshni, según mis compañeras de piso, M.B y M.P,  que ya han pasado por allí y lo consideran el proyecto más aburrido del mundo, beber té y cotillear. Pero lo cierto es que a veces entre bebidas y ‘marujeo’ hacen cosas, como manualidades, cocina, ver películas de Bollywood o pasear.

12.00-13.00: ‘Pausa’ para la comida: Es una pausa de las actividades, no del trabajo, porque tú sigues trabajando. Me explico, tú comes, pero tienes que estar pendiente de los participantes, echarles una mano, y un ojo también.

13.00-15.00: Actividad por la tarde: Me remito al apartado ‘Actividad por la mañana.’


15.00-16.00: Escorting/ Afternoon jobs: En el primer caso acompañas en el minibús que lleva a los participantes de vuelta a casa. En el segundo caso limpieza general de las instalaciones entre todos los que no conducís o acompañáis en el minibús.  

Mi voluntariado en Options for Life III: Vida cotidiana del voluntario y trabajo diario

En esta organización trabajamos 6 voluntarios europeos. Bueno, actualmente, sólo voluntariAs, y vivimos en dos casas distintas.
Yo vivo en un pequeño adosado, propiedad de la organización, con M.B y M.P, búlgara y portuguesa respectivamente. La primera acaba su proyecto el mes que viene y un nuevo voluntario, ya sabemos que es chico y español, viene a reemplazarla, del mismo modo que yo reemplacé hace seis meses a otro voluntario alemán, y que M.P será reemplazada en julio y yo en agosto. Metáforas del ciclo vital.
En la otra casa, alquilada por la organización, viven A.P, voluntaria portuguesa que llegó el mismo día que yo;  C.F, francesa que llegó el mismo día que M.P, es decir un mes antes que yo; y L.F, también francesa, que termina su proyecto dentro de dos meses.



Así que eso es. Al llegar aquí te asignan la casa que toque y punto. Si tienes suerte como yo, genial. Si no tienes tanta, como A.P, o te resignas y lo tomas con calma, o te vas de vuelta. Pero no vamos a entrar en detalles respecto de las penas y alegrías de la convivencia. Baste decir que yo estoy contenta, y que siendo la novata, desde el primer día me hicieron sentir como en casa, que estoy a gusto con mis compañeras aunque no celebremos fiestas locas los fines de semana y no salgamos mucho de marcha, que esto acabará  y no seremos las mejores amigas del mundo, pero que tenernos las unas a las otras en momentos de estrés o preocupación o simplemente para charlar cada tarde y ver la tele juntas después del trabajo, es más de lo que me esperaba.

En cuanto a problemas caseros mayores, como cuando se nos estropeo la calefacción, se nos rompió la batidora, o nos robaron el  contenedor de reciclaje (¡?), contamos con la Business Administration Manager de la organización, que se encarga de gestionar todo el papeleo, trámites y  pagos.

Por lo que se refiere a problemas y dudas como voluntarias europeas, contamos con un recién estrenado mentor, V.I, italiano, que fue voluntario europeo él mismo en su momento y se quedó como trabajador de pleno derecho hace más de un año. Lo han nombrado recientemente, pero lo cierto es que en la práctica ya era nuestro mentor pues siempre acudíamos a él en caso de duda. ¿Quién mejor que alguien que ya ha pasado por todo esto?

Dejando a un lado todas  estas generalidades. ¿Cómo es un día aquí para nosotros?

Así podría ser un lunes cualquiera:



7.00 am, M.B  y L.F, en sus respectivas casas, se levantan y se preparan para ir a trabajar, a Roshni la primera, y a Tipton la segunda. Tienen que coger el bus pronto así que son las primeras en irse.

7.45 am, M.P y yo nos levantamos y nos preparamos para ir a trabajar, ella a  Making Tracks, yo a Warley.

8.40 am, M.P sale de casa en dirección a su centro. Yo, dependiendo de cuál de las dos bases de Warley en que me toque ese día, salgo con ella o me permito unos 15 minutitos más.

9.00 am, Cada una llega a su centro. Yo me encuentro en el mío con C.F, en una de las bases, o A.P, si es en la otra. Un vistazo rápido al cuadrante semanal. Empieza la ronda de minibuses en todos los centros. A.P y yo acompañamos. C.F se queda preparando todo para la llegada: Prepara las cosas para las bebidas, recoger los trapos y mandilones de la secadora del día anterior, descargar el lavavajillas…

10.00 am, Llegamos de vuelta a la base. En Warley, algo de caos; que si ayuda para quitar los abrigos, que  si dónde está fulano que tiene actividad conmigo… En Making Tracks, Tipton y en Roshni, tranquilidad y organización.

10.20 am, Empezamos las actividades de la mañana. Mientras unos grupos cocinan, otros bailan y otros hacen manualidades o deportes, A.P tiene informática, C.F, va de compras, y yo tengo música. M.B en Roshni tiene manualidades y a M.P en Making Tracks le toca piscina. Llegamos al aula de música, en torno a cuatro participantes, un miembro del personal y yo. Preparamos unas bebidas calientes, tocamos los tambores, sesión de karaoke, etc…

12.00 pm, Nos dirigimos todos al comedor. Ayudamos a los participantes menos capaces y cuando están servidos vamos a por nuestra propia comida. M.P en Making Tracks, da de comer a un participante, cucharada a cucharada. ¿Nos sentamos juntas las voluntarias de Warley? Raramente. Lo normal es estar repartidas en diferentes mesas para ayudar.

12.40 pm, Todos, participantes, trabajadores y voluntarios, colaboramos en diferentes tareas. Recoger mesas, fregar platos, vaciar contenedores, barrer el suelo…

13.00 pm, Empezamos las actividades de por la tarde. De nuevo, unos grupos cocinan, otros hacen manualidades, etc.  A.P va a jugar al fútbol, C.F, hace manualidades, y yo voy de paseo, si llueve, al centro comercial, si no al parque, que de ambas cosas andan sobraos los ingleses. M.B en Roshni  ve una película y a M.P en Making Tracks le toca habitación sensorial. Nosotros, el conductor, yo y en torno a cinco participantes, nos subimos en el minibús y nos damos una vuelta por donde corresponda.

15.00 pm, Estamos de vuelta en la base. Recogemos y reorganizamos a los participantes en los minibuses y los llevamos de vuelta a sus casas. Mientras, C.F ayuda a los demás miembros del personal con la limpieza del centro.

16.00 pmFin de nuestras siete horas de máximo de jornada laboral. Cada mochuelo a su olivo.


16. 20 pm, Todas estamos en casa. Tiempo de relax, skype, duchas, cenas… Pero antes de todo eso, cada una se prepara su té, merienda o lo que sea. Nos dirigimos  a nuestros preestablecidos sofás en el salón. “So, how was your day?”, “Uff…”

Mi voluntariado en Options for Life IV: ¿Cómo meto esta primera parte de mi proyecto en el Youthpass?

Y tras todo esto te das cuenta de que ya has llegado a la mitad de tu proyecto y se te da por recapacitar sobre lo vivido y el porvenir. Y parece que te enteras de que el final está a la vuelta de la esquina, y entre pasado y futuro está el Youthpass. Sí, ese documento que certifica la experiencia adquirida y que tú mismo tienes que ir confeccionando, para que luego puedas hacerlo constar en tu currículum.

 Pero, en serio, ¿a qué potencial contratante le importa lo que he aprendido? Porque simplemente he aprendido que pellizcar las mejillas de Louis hace que ponga una sonrisa que tanto puede ser de angelito como de diablillo cuyos planes desconoces, para darle la espalda dos segundos y encontrártelo lamiendo la baqueta del bombo o, lo que es peor, a su mejor amigo Yazid.
Y también, y sobre todo he aprendido sobre mí misma. Que un abrazo de buenos días de Nat  o Imy  me da más energía para toda la mañana que dos tazas de café. Que disfruto mucho más haciendo manualidades en papel cebolla con Elinor, oyendo historias sobre su madre, su gato, y su dentista, que escaqueándome para un cigarro o un café como hacen otros. Que me gusta preparar el té de Maggie, esa granny imparable, con leche y dos azucarillos, porque siempre me contesta con un muy inglés “Thank you, darling.” Que si cuando John  está nervioso y es un dolor de muelas, le cojo la mano y se calma, me siento como Dios. Como cuando consigo arrancarle más de dos palabras seguidas a Albert. Que hasta los trabajos más estúpidos, como desenredar los cordones de los mandilones recién salidos de la secadora tras una sesión de cocina, tienen recompensa cuando, tras más de media hora absorta en el trabajo manual, lo que te devuelve la mente a este mundo es un “Helga (!?), me gusta tu cara cuando estás concentrada” de Brian, que vale más que todos los poemas de Neruda. Que con Audrey se me olvida la vergüenza en las sesiones de baile y acabamos las dos a lo free style, porque lo importante es pasarlo bien. Que no puedo evitar sentir una pequeña decepción cuando uno de ellos falta. Que hasta me da algo de agobio ver la cara de Wally cuando llevamos mucho tiempo sin vernos y ansioso viene a mi encuentro para recordarme que  “eres mi amiga. El 17 de octubre te puse en mi libreta. Ahora, somos amigos. Todos lo saben.” Y yo contesto “sí, Wally, somo amigos, ahora y todos los días aunque no nos veamos.” Y sonríe y chocamos los cinco. “Gracias, Olga. Me gustan tus botas”. Sí. A Wally le gustan las botas.


Pero eso no le interesa a ningún posible empleador. Por eso quedaría muy agradecida si alguien sabe como resumir todo eso en una sola línea para mi currículum.

sábado, 25 de enero de 2014

Escapadas IV: Newcastle upon Tyne




Llevo dos meses sin publicar nada. Lo sé. Soy una mala bloguera. Lo siento. No os voy a aburrir con excusas y tampoco prometo enmendarme porque no me gusta romper promesas.

En fin, como os adelantaba en una de mis últimas entradas, allá por el año 2013, el primer fin de semana de diciembre lo pasé en Newcastle con los voluntarios que conocí en mi On arrival training y que generosamente me acogieron y guiaron por la ciudad como yo había hecho previamente en Birmingham.

En resumen:

Viernes. Tras más de 6 horas de viaje, llegué a Newcastle. Y allí, en una estación de bus no mucho más grande que una gasolinera corriente, me estaban esperando.
Caminamos desde la estación de bus hasta lo que los ingleses llaman Metro, que viene a ser un cercanías normal y corriente, con un único par de paradas bajo tierra en el centro. Nos lleva como unos 10 minutos a paso ligero. El billete es bastante barato en comparación con el transporte en Londres y Birmingham. En torno a 1,70 el billete de ida. 5 minutos de metro y otros 5 andando y llegamos a su casa. Cenamos, nos ponemos al día y a la cama, que mañana nos espera una larga jornada turística.

Sábado. Salimos de casa por la mañana temprano. Yo, por primera vez en mucho tiempo, no me he mirado ninguna información del sitio al que viajo. No he planeado nada. Me dejo llevar completamente por mis guías. Cogemos el metro en dirección a la playa. Nos bajamos en Tynemouth. En la propia estación nos encontramos con el mercadillo que se celebra cada fin de semana. Nos damos una vuelta. Es pequeño pero coqueto.
Salimos de la estación y nos dirigimos a la playa. Es una zona agradable. Nos quedamos en el paseo. Damos una vuelta alrededor de las ruinas del Tynemouth Castle and Priory. El mar bate furioso y hace un viento de justicia pero es como debe ser, de otro modo sentiría que estoy a la orilla de un mar que no es el mío.
Por el camino de  vuelta a la estación paramos en The Green Ginger Shopping Arcade. Lo que tiene de especial este mini-centro comercial, es que se encuentra dentro de lo que fue una iglesia construida en el siglo XIX.
Nos subimos al metro en dirección al centro. Cuando llegamos ya es hora de comer y ponemos rumbo hacia un Wetherspoon (Franquicia de pubs.  Barata. Siempre hay uno a mano). Para llegar atravesamos un German Market  bastante tristón en comparación con el fastuoso mercado navideño birminghense.
Después de comer  vemos el castillo del que Newcastle toma su nombre, y parte del  Muro de Adriano. Llegamos a orillas del río Tyne y cruzamos el Millenium Bridge para llegar a The BALTIC, Centre for Contemporary Art, desde cuyo quinto piso observamos la mejor panorámica de la ciudad.
Volvemos hacia el centro. La catedral, el mercado, galerías comerciales, pausa para un café, los escaparates de  Fenwick en Northumberland Street,  que estas Navidades han escogido los cuentos de hadas como tema principal y están abarrotados de gente pegada a sus cristales como si de las ventanas de un mundo mágico se tratase.
Volvemos a casa. Preparamos la cena. Sobremesa hasta la madrugada. A cama, que mañana cojo el bus de vuelta a primera hora.

Domingo: De camino a la estación de bus nos cruzamos con todos los geordies que vuelven de su noche juerga, y con sus vómitos repartidos por la acera. Despedidas. Me subo al bus. Dejo  Newcastle cruzando uno de sus innumerables puentes y a la salida obtengo una vista privilegiada del Ángel del Norte.