El reciente auge internacional de la cocina española parece
haber vuelto algo prejuiciosos a muchos compatriotas que desprecian la comida
extranjera y especialmente la de Reino Unido, que no tiene precisamente buena
fama. Pero como todos los tópicos, este también es injusto.
Es cierto que cuando llevéis por Inglaterra una temporada echaréis de menos ciertas cosas que
aquí no se consiguen fácilmente (o baratamente). Añoranzas al margen, hay que
tener en cuenta que con algo tienen que llenar ese hueco los británicos. Así
que aquí se utilizan otros alimentos que en España pueden resultar más
secundarios. Por ejemplo, aquí hay arándanos o grosellas todo el año, en todos
lados y a muy buen precio. Y no sé en Madrid, pero de donde yo vengo, eso no
pasa. En fin, que es una buena oportunidad para acercarse a otros alimentos.
Otro tópico a
desmontar: La comida típica en Inglaterra es fish and chips y baked beans.
Es mentira. Reino Unido ha sido una potencia colonizadora y no se ha limitado a
exportar el críquet a sus colonias sino que ha importado tradiciones culinarias
de todo el mundo que, fusionadas con la propia, hacen de su cocina una de las
más variadas.
Y en este
punto os hablaré del plato típico de Birmingham: el Balti. Durante la segunda mitad del siglo pasado, inmigrantes
Pakistaníes instalados en esta ciudad comenzaron a desarrollar una cocina
influenciada por su cultura gastronómica pero diferente de la tradicional de
sus lugares de origen. Así surgió una forma específica de curry propia de
Birmingham. Es tan típica de Birmingham que cuando alcanzó la fama y se
extendió a otros lugares, estos restaurantes se anunciaban como Brum Balti. Como ya he explicado, Brum es el otro nombre de Birmingham.
Esta variedad de curry está bastante buena, y lo digo yo que
no soy muy apasionada del curry. Hay muchos restaurantes en los que podéis
probarlo. Parece ser que la zona típica y originaria es la conocida como El triángulo del Balti y comprende Ladypool Road, Stoney Lane y Stratford Road.
No obstante, no dejéis de probar otras especialidades británicas como el queso Stilton o el de Chesire,
el roast beef, el BLT sandwich, los Scotch eggs, el Welsh
rarebit, el Yorkshire pudding, los bangers and mash, hash browns, toad in the
hole… Eso sí, no os lo recomiendo para la operación bikini. ¿Dónde probar
estas cosas? En cualquier típico pub inglés. Comida típica a precios
asequibles. Y estad atentos porque ahora hay muchas promociones que incluyen la
bebida con el menú, así que se acabó eso de ‘Sí, sí, la comida es muy barata
pero en la bebida te tangan’.
Y ahora diréis: ‘Vale, pero todo eso sigue sin superar a nuestra
cocina.’ Es cierto. Nada más lejos de mi intención que pretender que la cocina
británica sea mejor que la española (y mucho menos más sana). Tan sólo quiero
reparar una mala fama injusta. Y para eso me guardo un as en la manga: los
dulces. Oh, yeah! Los dulces ingleses. ¡Qué dulces,
Señor! ¡No tienen nada que envidiarnos en este terreno! Y con el cuento de que tras
dos años de inactividad ha sido ponerme a trabajar y perder un par de kilos, ya
tengo excusa para ponerme morada. De seguir así los recuperaré muy pronto a
base de cookies, muffins, butterfingers, bagels, scones, Chelsea buns, banoffee
pie, Devonshire splits, Battenberg cake, apple crumble… Oh, my God! En mi último arrebato goloso
decidí surtirme para el desayuno de este domingo. Sólo de pensar lo que me
espera en la despensa…
[P.D: La comida que nos dan en la organización sí cumple con
todos los tópicos de la comida inglesa o peor… ¡Es horrible! Pero ¿acaso no lo
es toda la comida de rancho sea española o inglesa? Lo dicho, ¡no me seáis
prejuiciosos!]
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