sábado, 23 de noviembre de 2013

Inglés, ¡por fin!



Tras casi cuatro meses por estas tierras puedo volver a hacer balance de mi nivel de inglés.

Las primeras dificultades de las que os hablé aquí han quedado ya superadas, y puedo decir que salvo en casos de desconocimiento de vocabulario, ya pillo todo lo que me dicen sin problemas. Es más, ha llegado un momento en que me entiendo perfectamente con los participantes de mi organización de acogida, que en su mayoría tienen problemas del habla y a quienes jamás pensé llegar a entender ni aunque hablasen castellano. Pero este exceso de confianza le ha dado la vuelta a la tortilla. ¿Cómo?

Al principio, cuando no entendía nada, si me decían algo siempre tenía que pedir que me lo repitieran. En muchos casos era en vano, y yo seguía sin entender. Por no alargar mucho la cosa decidí guiarme por la entonación de mi interlocutor, y responder conforme a ella. Cuando su tono era alegre, yo asentía y respondía “yeah, he, he”, pero cuando percibía fastidio, solidarizándome, torcía el gesto y respondía “puff, yeah…”. Y así fue hasta que se me acostumbró el oído a este extraño dialecto y empezamos a entendernos.

¿Pero qué pasa ahora? Pues lo contrario. A veces tengo la sensación de que en cuanto me relajo y dejo poner cuidado en la pronunciación… ¡Zasca! Me aplican mi técnica patentada.

Esto de ganar fluidez y naturalidad va a ser cosa de mucho tiempo. Por suerte aun me quedan 8 meses por delante.

Por lo demás, una vez que le hayáis cogido el truquillo a la pronunciación, que no os extrañe el hecho de que a los españoles nos digan que somos un poco pijos. Se debe a que muchas expresiones anglosajonas tienen equivalentes latinos, que para ellos son más formales, pero son más fáciles de recordar para nosotros. Por ejemplo, esto ocurre mucho con los phrasal verbs. Nosotros solemos decir “discover” en lugar de “find out”, o “investigate” en lugar de “look into”… Y el abuso de los términos latinos cuando existen otros anglosajones puede sonar un poco pedante. Antes de desvelar la razón de mi abuso de palabras de raíz latina había quien me miraba como pensando ‘Of course, she is a lawyer and has an university degree! Sofisticated girl!’. Pues no. Ya veis que es todo lo contrario.

Y ahora os preguntaréis: ‘¿Entonces puedo ir a Birmingham a practicar inglés?Para quienes queráis aprender o mejorar inglés, Birmingham puede ser mejor opción que Londres, puesto que cuando voy a esta última apenas hablo inglés. Hay millares de hispanohablantes allí. Sin embargo, el inglés que podáis practicar en Brum no es  ni de lejos el inglés estándar que te enseñan en la escuela y que es más fácil de oír en Londres. Valorad ambas cosas.

Los que necesitéis clases de apoyo en Birmingham podéis acudir a una de sus muchas academias, aunque son bastante caras. No obstante, existe la posibilidad de acudir a clases gratuitas aunque no en horarios muy buenos.

Mi consejo: La mejor manera de aprender un idioma es pasar una temporada totalmente sumergido en él. Si podéis permitíroslo no lo dudéis. Al principio se puede sufrir un poco pero merece la pena.

Os dejo alguna información, aunque hay muchísimos centros:


Un ejemplo de academia bastante cara aunque acreditada por el British Council:


Un centro donde se imparten cursos gratuitos:

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